Cuando la cuarentena de Covid-19 autoimpuesta de una familia lleva a un encuentro caliente, el hermanastro y la hermanastra se involucran en un juego de roles apasionado, explorando su atracción mutua. Sus encuentros orales y desde atrás llevan a un clímax satisfactorio, demostrando que a veces el aislamiento puede llevar a placeres inesperados.